El bacalao es uno de los pescados más conocidos y consumidos en todo el mundo. Su carne blanca, su textura firme y su versatilidad en la cocina lo han convertido en un ingrediente esencial en la gastronomía de numerosos países. Además, posee un alto valor nutricional que lo hace muy apreciado en dietas saludables.
¿Qué es el bacalao?
El bacalao es un pez marino que pertenece a la familia Gadidae. Su nombre científico es Gadus morhua, aunque existen varias especies relacionadas que también reciben esta denominación. Vive principalmente en aguas frías del Atlántico Norte y del Mar del Norte, donde se capturan grandes cantidades destinadas tanto al consumo fresco como a su conservación en salazón.
Desde hace siglos, ha sido un alimento fundamental para muchas culturas debido a su facilidad de conservación y transporte una vez salado o seco. Este método permitió que fuera una fuente de proteínas básica en épocas en que no existían sistemas de refrigeración.

Características del bacalao
El bacalao es un pez de cuerpo alargado y de gran tamaño, que puede alcanzar hasta 1,5 metros de longitud y superar los 30 kilos de peso en su estado adulto. Entre sus principales características destacan:
- Coloración: suele presentar un tono verdoso o marrón en el dorso y un vientre más claro, casi blanco.
- Barbilla: en la mandíbula inferior posee una pequeña protuberancia en forma de barba que le sirve como órgano sensorial.
- Aletas: tiene tres aletas dorsales y dos anales, lo que le da un aspecto distintivo.
- Carne: blanca, magra y con una textura firme que se desmenuza en láminas.
Su carne es muy apreciada en la cocina, ya que mantiene su sabor y consistencia tanto fresca como en salazón.
Tipos de bacalao
Aunque el más conocido es el del Atlántico, existen otras especies dentro del mismo género que también son consumidas:
- Bacalao del Atlántico: el más apreciado y de mayor valor gastronómico.
- Bacalao del Pacífico: de aspecto similar al anterior, pero con una distribución en aguas del Pacífico Norte.
- Bacalao de Groenlandia: más pequeño y con una carne de calidad algo inferior.
Todos ellos comparten características similares, aunque el bacalao del Atlántico es el más demandado en la gastronomía mundial.
Bacalao fresco y en salazón
El bacalao puede consumirse fresco, recién capturado y refrigerado, o en salazón, un método de conservación ancestral que le otorga un sabor más intenso y una textura especial.
- Fresco: suele prepararse a la plancha, al horno o en guisos ligeros.
- En salazón: debe desalarse antes de su consumo, sumergiéndolo en agua durante varias horas o días. Es la base de platos tradicionales en España, Portugal y Latinoamérica.
Este proceso de salazón no solo fue clave para la conservación del pescado durante siglos, sino que también creó una cultura culinaria alrededor de este fantástico pescado.
Valor nutricional del bacalao
El bacalao es un alimento muy saludable, bajo en grasa y rico en proteínas de alta calidad. Sus principales beneficios nutricionales son:
- Proteínas magras: esenciales para la regeneración de tejidos y el mantenimiento muscular.
- Ácidos grasos omega-3: ayudan a cuidar la salud cardiovascular.
- Vitaminas: especialmente del grupo B (B12 y niacina), que favorecen el metabolismo energético.
- Minerales: como fósforo, potasio y magnesio, importantes para huesos y músculos.
Además, el hígado se utiliza para producir aceite rico en vitamina D y A, muy beneficioso para la salud ósea y el sistema inmunológico.

El bacalao en la gastronomía
El bacalao es protagonista de numerosas recetas tradicionales en todo el mundo. Los platos más tipicos en España son: el bacalao al pil-pil, la brandada de bacalao o el bacalao a la vizcaína son clásicos indiscutibles. En Portugal, considerado casi un símbolo nacional, se dice que existen más de 365 recetas distintas, una para cada día del año.
En otros países, también se prepara de formas variadas: al horno, en sopas, en ensaladas o rebozado. Su capacidad para absorber sabores y adaptarse a diferentes técnicas culinarias lo convierte en un ingrediente muy versátil.
Importancia histórica y cultural
El bacalao no solo es un alimento, también ha sido protagonista de la historia. Durante siglos, su comercio impulsó rutas marítimas y relaciones entre países europeos y América.
Gracias a su conservación en sal, se convirtió en sustento de marineros, soldados y poblaciones enteras en épocas de escasez.
Incluso tuvo un papel clave en la economía y política de algunas naciones, lo que lo convierte en mucho más que un simple pescado: es parte del patrimonio cultural y gastronómico de la humanidad.
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